• El calor propicia el crecimiento de bacterias y hongos con mucha mayor velocidad y, por tanto, es más fácil que nuestra comida se eche a perder

Con el verano llegan la playa, las terracitas y claro, el calor. ¿Cómo debemos conservar nuestros alimentos cuando suben las temperaturas? ¿Qué alimentos debemos evitar durante los meses de más calor para evitar intoxicaciones? Son preguntas que nos surgen en estos meses y que están más que justificadas. Tomar una serie de precauciones nos ahorrará más de un disgusto y también, que desperdiciemos nuestros alimentos.

En primer lugar, debemos asegurarnos de que nuestro frigorífico funciona correctamente y es más importante que nunca tener una buena planificación a la hora de hacer la compra. No tiene sentido que nos llevemos a casa más alimentos de la cuenta para acabar tirándolos a la basura porque se han echado a perder en un par de días. Lo observamos con las frutas y verduras: si en invierno aguantan perfectamente incluso fuera del frigorífico, en verano son menos duraderas. Utiliza los cajones del frigorífico destinados a estos productos y nunca los dejes dentro de las bolsas, ya que la humedad que acumulan hará que se pudran más fácilmente.

Lo mismo ocurre con las carnes y los pescados. Tenemos dos opciones: o comprar sólo lo que vayamos a consumir en el día, vigilando que sean productos muy frescos, o congelar la compra siempre que sea posible. Y, sobre todo, a la hora de descongelar, debemos hacerlo siempre dentro del frigorífico.

En verano es una buena opción incrementar el consumo de productos enlatados. Las conservas son deliciosas, hay una gama enorme, desde pescados y moluscos hasta verduras, y se mantienen perfectamente durante mucho tiempo sin necesidad de frío. Sólo fíjate bien en la fecha de caducidad y observa que las latas no estén golpeadas y mucho menos hinchadas.

A la hora de conservar los alimentos dentro de la nevera, utilizaremos siempre recipientes adecuados y que cierren de forma correcta. Si tienes la posibilidad de envasar tus alimentos al vacío, mucho mejor. En el caso de platos ya cocinados, las típicas sobras también deben ser conservadas en recipientes estancos y consumirlos como mucho en un par de días si no hemos optado por congelarlos. Y si es posible, separa los alimentos cocinados de los frescos, en distintas estanterías del frigorífico, para evitar que se contaminen unos a otros.

Nunca, nunca, dejes nada fuera del frigorífico, especialmente las salsas. Las salsas, como por ejemplo la mayonesa, son un caldo de cultivo ideal para las bacterias patógenas que pueden darnos un buen disgusto. En este sentido, en verano, es mejor evitar realizar salsas caseras, sobre todo si llevan huevo crudo. En los meses de calor es mejor optar por salsas industriales

En Centro de Alimentación Pedro José Momo 3.0 somos siempre muy escrupulosos con la higiene y con la conservación de los alimentos que ofrecemos a nuestros clientes, pero en verano muchísimo más. Nuestras carnes son totalmente frescas, y nuestras chacinas cuentan con un espacio propio. En ambos casos, se vigila la limpieza y la temperatura a la que deben ser conservadas.

En el caso de nuestros platos preparados, nuestras cocinas son sometidas a procesos de limpieza y desinfección diarios, y contamos con cámaras profesionales para que nuestros clientes puedan tener la confianza de que los alimentos que se llevan a casa están en perfecto estado.

Como siempre, recuerda que puedes consultarnos cualquier duda que te surja sobre este tema o cualquier otro. ¡Estamos para ayudarte!